La imposición definitiva de aranceles del 25% por parte del Gobierno de Estados Unidos a las exportaciones mexicanas, representa una amenaza directa para la competitividad de Norteamérica y la estabilidad económica de nuestro país. Esta medida unilateral genera incertidumbre, afecta el comercio regional y compromete la integración productiva que ha permitido el crecimiento compartido durante décadas.
Su impacto será adverso tanto para la economía estadounidense como para la mexicana. Las exportaciones de automóviles, autopartes, computadoras, electrodomésticos y productos agrícolas sufrirán serias afectaciones, lo que podría traducirse en una severa desaceleración económica en un contexto en el que nuestra economía ya mostraba signos importantes de debilidad.
El encarecimiento de los productos debido a estos aranceles, perjudicará a consumidores y empresas en ambos lados de la frontera. En el caso de México, el tipo de cambio podría verse presionado, generando volatilidad financiera y obstaculizando el crecimiento. A su vez, los bancos centrales enfrentarán dificultades para reducir tasas de interés, prolongando un entorno restrictivo para la inversión y el comercio.
Ante este desafío, es fundamental que el Gobierno de México utilice los mecanismos del T-MEC para impugnar estas medidas y emprenda un esfuerzo diplomático que defienda los intereses nacionales. Pero más allá de responder a esta coyuntura, es urgente y necesaria una estrategia integral que fortalezca nuestra economía. Solo con un mercado interno sólido, certeza jurídica, seguridad y un suministro energético confiable, podremos atraer inversión, generar empleo y consolidar a México como un socio estratégico en la región.
Estrategias y soluciones
El gobierno de México junto con el sector privado, deben definir las estrategias y las soluciones a estos desafíos que ponen en riesgo el bienestar de los mexicanos.
Los aranceles afectan la integración económica y no solucionan los retos compartidos entre ambos países, como la seguridad y la migración. La competitividad de Norteamérica depende del libre comercio y de un marco regulatorio que fortalezca la inversión y el empleo. Las empresas de ambos lados de la frontera deben permanecer unidas para defender la relación comercial que ha generado beneficios tangibles durante décadas.
México no debe limitarse a reaccionar ante decisiones externas; debemos trabajar en fortalecer nuestras propias capacidades económicas. Insistimos en que la mejor manera de fortalecer la economía mexicana radica en garantizar condiciones propicias para la inversión.
El comercio no es el problema, sino parte de la solución. Apostar por barreras arancelarias implica un retroceso que socava la confianza de los inversionistas y debilita las cadenas de valor compartidas. América del Norte ha consolidado una red de producción compartida donde las empresas de México, Estados Unidos y Canadá dependen entre sí para fabricar bienes estratégicos y juntos hemos fortalecido la región.
La integración productiva ha sido pilar clave para el crecimiento y resiliencia económica de la región; desmantelarla sería un error que impactaría negativamente a todos los países involucrados y nos reduciría competitividad frente a otras regiones como Europa y Japón.
Golpeará a los estados
Los gobiernos estatales y municipales recibirán menos dinero este año debido a que la recaudación federal se encontrará por debajo de ejercicios anteriores, estimaron analistas.
El consultor especializado en administración tributaria con más de 20 años de experiencia, Julio César Aguilar Matías, puso de manifiesto que la economía mexicana está en una tendencia decreciente, “lo que implica que la recaudación federal será menor a la de los años anteriores”.
“Ahora con los aranceles, la economía se contraerá aún más, incluso con posibilidades de una recesión, y por ello la captación de gravámenes será menor”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL el también exlíder del proyecto que desarrolló y comenzó las operaciones del Servicio de Administración Tributaria (SAT) de Sinaloa.
El año pasado, las participaciones federales pagadas a los estados y municipios, que son de libre disposición y representan 48% del total del gasto federalizado, fueron de un billón 253 mil 690 millones de pesos, cerca de 9 mil 100 millones por debajo de las calendarizadas.
En tanto, las aportaciones que recibieron los gobiernos subnacionales, que son recursos etiquetados con una participación de 40% en el gasto federalizado, llegaron a un total de un billón 31 mil millones de pesos, 35 mil 913 millones menos de lo previsto durante 2024.
Desaceleración
Analistas de la gestora de activos Franklin Templeton México calcularon que la desaceleración se puede profundizar dependiendo de las tarifas que eventualmente aplique Estados Unidos a las importaciones mexicanas y la forma en que se enfrenten.
Por eso en sus perspectivas están considerando el tema político como el principal riesgo para la economía no sólo de la Unión Americana, sino de sus socios comerciales y el resto del mundo.
El Producto Interno Bruto (PIB) de México, el segundo más grande en América Latina, se expandirá 1% durante 2025, después de crecer 1.5% en 2024, según el consenso de la encuesta que el grupo estadounidense Citi aplicó este mes a 35 bancos.
Banamex es la institución más pesimista, al estimar un avance del PIB de apenas 0.2%, y en el otro extremo, como el participante con mayor optimismo, se encuentra Signum Research, con 1.7%.